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Una historia desconocida: navegantes mapuche lavkenche

Una historia desconocida: navegantes mapuche lavkenche


Tradicionalmente se ha exaltado la relación del pueblo mapuche con la agricultura y la ganadería producto de sus demandas históricas sobre la tierra. Sin embargo, registros históricos, arqueológicos y etnográficos confirman que fueron hábiles navegantes.

Para el antropólogo José Bengoa (2003), la zona que va entre el Biobío y el seno de Reloncaví fue escenario de una sociedad mapuche prehispánica conformada en torno a cuencas ribereñas y lacustres. Los diversos ríos, lagos y kilómetros de costa que comprende este territorio constituyeron vías de comunicación e intercambio de bienes, ideas y personas, y el uso de embarcaciones fue clave en la subsistencia y estructura social. En este entorno, los bosques fueron también un recurso fundamental pues la madera de sus árboles se empleó para fabricar los wampo.

La navegación fue un saber transmitido generacionalmente y requirió una comprensión profunda del medio ambiente, así como un conocimiento altamente especializado sobre embarcaciones y rutas de transporte.

Variadas fuentes dan cuenta de la frecuencia y habilidad del pueblo mapuche en esta práctica, entre ellas:

  • Relatos de cronistas del siglo XVI como Jerónimo de Vivar, Pedro Mariño de Lobera, Alonso de Góngora Marmolejo y el historiador y misionero del siglo XVII, Diego de Rosales, quienes destacaron las aplicaciones estratégicas y militares de estos medios de transporte.
  • Documentos de exploración y comercio escritos en el siglo XIX por científicos como Rodulfo Philippi, en el contexto de delimitación territorial por parte del Estado chileno.
  • Tradiciones orales, literatura y cuentos mapuche (Fernández 2005) que subrayan la importancia de los recursos hídricos como parte del territorio ancestral.
  • Registros etnográficos actuales sobre la fabricación, uso de las embarcaciones y diferentes prácticas de navegación pre y post-hispánicas, en aspectos como la selección de maderas, herramientas de construcción, circuitos, localización de puertos y sistemas de comunicación entre las comunidades (Godoy y Lira 2007).
  • Recuperación de restos arqueológicos como las canoas monóxilas sumergidas en los lagos Lanalhue, Maullín o Colico. Hasta el momento, este acercamiento ha sido el más complejo debido a los escasos vestigios hallados y a los problemas de conservación que presentan.

La recopilación y contraste de estos registros evidencian que desde los tiempos prehispánicos los wampo circularon en una extensa red de sistemas fluviales y lacustres que conectaron la cordillera y el mar.

Prohibición y resistencia de una práctica ancestral

Tras la ocupación de la Araucanía, la construcción de embarcaciones y la práctica de la navegación cayeron en desuso. Los desplazamientos de las comunidades a reducciones y asentamientos lejanos a sus lugares de origen y el cambio en sus sistemas productivos, incidieron en este proceso.

El Estado consideró que los cursos de agua de este territorio eran primordiales para el desarrollo económico. Por ello, a comienzos del siglo XX, las autoridades en conjunto con terratenientes, prohibieron el uso de wampo en lagos y ríos de las actuales IX y X regiones, e introdujeron flotas a vapor para la explotación comercial de los bosques y el transporte de pasajeros.

Quien registró estos hechos en la localidad de Panguipulli fue el periodista de "El Diario Ilustrado", Aurelio Díaz, en su libro En la Araucanía. Breve relación del último Parlamento araucano de Coz Coz en 18 de enero de 1907. En el apartado "Cómo se les asesina", relató el arribo de la Compañía Industrial y Ganadera General San Martín:

"Cuando […] llegó […] a establecer sus operaciones mercantiles, los indios hacían su comercio atravesando el lago en canoas. El lago es extenso y sus costas muy fértiles. Los indios tienen sus rucas en las orillas y, en consecuencia, no existe lo que podríamos llamar camino de circunvalación por cuanto la comunicación es flotante. La canoa es, por lo tanto, el medio de locomoción casi único de los habitantes de Panguipulli. [La Compañía] necesitaba cruzar rápidamente el lago y puso en práctica el proyecto atrevido de transportar hasta allí una barca a vapor" (1907, 246).

A los pocos días de su funcionamiento, la tripulación recibió la "orden de destruir en tierra las canoas que no apresara el vapor en las aguas. Ese día de vergüenza desaparecieron casi todas las canoas de los indios, y en los siguientes desapareció el resto" (Díaz 1907, 247). Tras el arresto y destrucción de los wampo, las comunidades mapuche reclamaron a las autoridades chilenas, sin embargo sus quejas fueron desoídas y desestimadas.

Una historia similar ocurrió en el lago Ranco. Diversos testimonios entregados por indígenas que habitaban sus costas en la década de 1930, consignaron la quema de más de trescientas de sus embarcaciones tras el funcionamiento del sistema de vapores (Bengoa 2007).

De acuerdo a registros etnográficos, la práctica habitual de la navegación se extendió hasta mediados del siglo XX en lagos cordilleranos como Panguipulli, Calafquén y Ranco, y en costeros como Lanalhue, Lleu-Lleu y Budi.

Actualmente, en el marco de las demandas territoriales y de los conflictos socio ambientales derivados de la instalación de centrales hidroeléctricas en la zona, diversas iniciativas buscan reconstruir la memoria local y reivindicar el acceso y uso de los cursos de agua por parte de las comunidades indígenas. Ejemplo de ello fue el "Proyecto ruta wampo" financiado en 2010 por el Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura, que finalizó con la confección de tres embarcaciones en las localidades de Chospe, Panguipulli y Pellaifa.

Otras acciones similares emprendidas en las comunas de Puerto Saavedra, en Toltén y en el lago Lleu-Lleu, intentan rescatar la importancia tradicional de las canoas como sistemas de comunicación y transporte y recuperar parte de la historia y cultura de los mapuche como pueblo navegante.

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