A diferencia de la concepción moderna de las piedras como fragmentos de materia inerte, el mundo político y espiritual mapuche ha desarrollado conocimientos y prácticas en torno a ciertas piedras dotadas de poderes extraordinarios o newenke kura. Desde las grandes füta kura (también llamadas “piedras santas”) hasta otras más pequeñas y transportables como los toki kura, los kachal kura, las klava o los likan, estas piedras han funcionado como objetos de veneración, pero también como interlocutores y aliados de longko, machi y otros actores de la sociedad mapuche, quienes han fundado en ellas su conocimiento, su autoridad, su carisma. Pueden actuar como oráculos o factores de riqueza y fertilidad, pero a cambio suelen exigir un singular tratamiento: deben ser cuidadas y alimentadas según determinados protocolos que, de no cumplirse, pueden significar la huida de la piedra o, incluso, alguna desgracia para quien la posee o para su familia.
Su poder, en parte, puede explicarse por tratarse de cosas encontradas, lo que tiene que ver con su condición sobrenatural de no haber sido hechas por manos humanas, sino por la fuerza extraordinaria del rayo. En efecto, piedras como los toki kura, las klavas y los kachal tienen esta cualidad de aparecérsele a las personas y, de esta forma, señalar una elección: es la piedra –o quien la envía– la que elige a su destinatario. Se entiende así que estas piedras, más allá de funcionar como emblemas de un newen o poder (las hachas llamadas “toki kura” eran, justamente, insignias del toki o jefe guerrero), son su materialización. Se trata de “herramientas” hechas no para usarlas con las manos, sino que como herramientas espirituales.
Las anteriores son algunas de las reflexiones compartidas durante una reunión a la que fueron convocados varios kimche y expertos mapuches en el Museo Mapuche de Cañete especialmente para aprender y conversar sobre la colección de piedras poderosas que allí se conserva. Además de intercambiar conocimientos sobre el tema, la ocasión sirvió para plantear la pregunta por los destinos del poder y la vida de las newenke kura cuando ella se desarrolla al interior del espacio museográfico.
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